Previsible aumento en el pago a cuenta del impuesto sobre sociedades
La prensa se hace eco de una inminente subida en los pagos a cuenta del impuesto sobre sociedades de octubre y diciembre, como respuesta de urgencia a la desviación en el déficit previsto para 2016.
Cuando no está claro que se vaya a formar gobierno, y mucho menos quién vaya a formarlo, parece incuestionable que el Impuesto sobre Sociedades, independientemente de lo anterior, experimentará un notable subida antes de que finalice el año.
La causa inmediata sería la desviación en el déficit previsto para 2016 y las presiones de la Unión Europea para la vuelta a la ortodoxia presupuestaria.
Cuando ya no se habla de dejar sin pagar la deuda pública y arbitrios semejantes, en esto concluyen las bajadas de impuestos “comprometidas” en 2015 “para el año que viene”, y es que la realidad se impone de forma inexorable y las componendas a base de bajar o subir retenciones, aplazar gastos y prometer dádivas tienen menos recorrido que un tiovivo.
No es difícil pronosticar el siguiente paso; un retoque, al alza naturalmente, en las retenciones a cuenta del IRPF, apretón a la recaudación -atención a las derivaciones- nuevo incentivo extraordinario para la AEAT y alguna trapisonda contable para contabilizar el año que viene gastos de éste.
Perdida, en 2011, la oportunidad para afrontar el problema presupuestario debemos asumir que tendremos una larga convivencia, aderezada a base de cataplasmas de este tipo.