Navidad: Inventario y balance
Siempre andamos echando cuentas, y por eso sabemos bien que un balance de situación requiere un inventario. Y sabemos que el inventario requiere un recuento y una valoración.
Son cosas que se suelen hacer a fin de año.
Las mesas, quizá demasiadas mesas, que jalonan estas, cada vez más dilatadas fiestas navideñas, son un buen momento para el recuento físico de toda esa gente que vemos, sin mirar, a diario, ocupados con la basurilla de cada día y que forman el ecosistema de cada uno.
Unidos por tentáculos invisibles de amistad, parentesco, trabajo, vecindad dibujan la red que nos amarra al mundo. Esto sería el recuento.
Después, la valoración, de lo entregado y lo recibido. Como esta valoración se va a quedar en casa puede uno ser sincero. Quizá la sensación final será una mezcla de frustración y sorpresa por lo recibido, menos y más de lo esperado. Y por lo entregado, arrepentimiento y satisfacción, según si fue menos o más de lo debido.
Igual es por eso –y por la extra- que se afloja la cartera y nos entregamos a la lotería, a ver si la suerte nos compensa por lo recibido de menos y nos estiramos para entregar un poco más que sumar a lo que quisiéramos tener a nuestro favor.
Así son los balances y será por eso que se llaman de situación.
Seguramente lo verdaderamente importante de todo esto no se puede cuantificar. Pero ya se sabe que nosotros siempre andamos echando cuentas. Qué remedio.
En estos momentos, deseando a todos un buen balance.
Feliz navidad.
EXCELENTE DISCURSO QUE ASUMO
Agradecemos su amable comentario.