Las vacas flacas y los 4 ases
Quizá muchos se pregunten como ha atravesado la Hacienda Pública española los siete (si es que se quedan en siete) años de vacas flacas. En nuestro gráfico hemos representado los cuatro ases de la baraja tributaria española; IRPF, Sociedades IVA y Especiales.
El gráfico pone de manifiesto la gran sensibilidad del impuesto sobre sociedades a la coyuntura económica frente a la notable estabilidad de los impuestos especiales (carburante, alcohol, tabaco, energía…). Quizá recordando aquel pre-moderno refran: “antes renunciar al sol que al tabaco un español.”. Bueno, al tabaco y al coche y a las copas.
El impuesto sobre sociedades por el contrario recae sobre el beneficio empresarial que no deja de ser una magnitud residual con mala defensa a corto plazo en situaciones de crisis. Esto explica la caída en picado de los primeros años – la más cuantiosa de las figuras analizadas- y la tardía recuperación en 2012, y sólo tras un intenso recorte de deducciones y beneficios fiscales y el anticipo en el cobro de impuestos de años siguientes mediante el endurecimiento de los pagos a cuenta.
El IRPF se mantiene relativamente estable, a costa, eso sí, de los “recargos de solidaridad” que subieron de forma notable la tarifa a partir de 2011.
El IVA, por su parte refleja de forma espectacular la abrupta reducción en la actividad y el consumo y sólo comienza a recuperarse tras las subidas de tipos de 2010 (del 16 al 18 %) y de 2012 (del 18 al 21 %).
La comparación, por otro lado, de la recaudación por impuestos directos (que se pagan por ganar) frente a indirectos (que se pagan por gastar), permite apreciar el mantenimiento de la preferencia por los primeros así como el trecho que queda por cubrir para regresar a niveles previos a la crisis, a pesar de los incrementos de recaudación inducidos por la vía del aumento de tipos y reducción de beneficios fiscales.