La opinión del auditor

Los objetivos del auditor son dos, la formación de una opinión sobre los estados financieros basada en la evidencia de auditoría obtenida; y la expresión de dicha opinión mediante un informe escrito en el que también se describa la base en la que se sustenta la opinión.
El auditor se formará una opinión sobre si los estados financieros han sido preparados de conformidad con el marco de información financiera aplicable.
Para ello, concluirá sobre si los estados financieros en su conjunto están libres de incorrecciones materiales, debidas a fraude o error, teniendo en cuenta:
a) la conclusión sobre si ha obtenido evidencia de auditoría suficiente y adecuada;
b) la conclusión sobre si os errores detectados no corregidas son significativos, individualmente o de forma agregada; y
c) si los estados financieros han sido preparados de conformidad con los requerimientos del marco de información financiera aplicable, lo que incluye en especial:
– Si los mismos revelan adecuadamente las políticas contables aplicadas y estas son congruentes con el marco de información financiera aplicable.
– Si la información presentada en los estados financieros es relevante, fiable, comparable y comprensible;
– Si revelan información adecuada que permita a los usuarios a quienes se destinan entender el efecto de las transacciones y los hechos que resultan materiales sobre la información contenida en los estados financieros;
Tipos de opinión
Una vez concluido el trabajo el auditor expresará su opinión, y esta puede ser de dos tipos:
a) Opinión no modificada (o favorable): cuando concluya que los estados financieros han sido preparados, en todos los aspectos materiales, de conformidad con el marco de información financiera aplicable.
b) Opinión modificada: cuando concluya que:
– los estados financieros en su conjunto no están libres de incorrección material; o
– no pueda obtener evidencia de auditoría suficiente y adecuada para concluir que los estados financieros en su conjunto están libres de incorrección material