Despido de quien pide ser despedido
Novedosa sentencia que declara el despido procedente de un trabajador que pidió ser despedido por la empresa. Mucha atención a los detalles.
Efectivamente, el TSJ de Cataluña, revocando una sentencia de instancia del correspondiente Juzgado de lo Social (que declaró el despido improcedente), ha considerado procedente el despido disciplinario de un trabajador que solicitó a la empresa ser despedido previamente con el abono de la correspondiente indemnización.
Esto puede parecer muy radical, y sin más explicación podría dar lugar a pensar que cualquier situación análoga podría tener la misma solución. Pues no es así… esta sentencia hay que interpretarla conforme a la globalidad de los hechos acontecidos.
Si bien esa petición fue el inicio del proceso de despido disciplinario, hay que valorar una serie de hechos que son los que finalmente, en confluencia con el anterior, motivan la procedencia del despido. Así, el trabajador no sólo solicitó ese despido, lo cual supone una ilegalidad manifiesta por cuanto se estaría tratando de, en todo caso, encubrir bajo un despido una baja de común acuerdo, que no generaría indemnización exenta de retención y cotización ni prestación por desempleo, sino que cuando obtuvo la negativa de la empresa sometió a esta a un proceso de presión en orden a conseguir su meta final del despido indemnizado.
Tras esa negativa, el trabajador empezó a tener fallos y descuidos que antes no tenía, y se empezó a negar a realizar determinadas funciones que antes realizaba. Tras estas primeras medidas que podrían considerarse un chantaje en toda regla, el trabajador volvió a solicitar a la empresa ese despido indemnizado, obteniendo una nueva negativa. La siguiente actuación del trabajador fue obtener su baja médica por supuesta ansiedad.
Por todo ello, en base a los graves perjuicios ocasionados a la empresa y a los consumidores (hay que pensar que los fallos del trabajador podrían repercutir sobre la salud de los clientes habida cuenta de que fabricaba productos oftalmológicos), la empresa procedió a su despido disciplinario por abuso de la confianza, fraude y disminución voluntaria y continuada en el rendimiento normal de trabajo, despido confirmado finalmente como procedente por el TSJ mencionado.
Resumiendo: lo frecuente es que los juzgados consideren que una mera petición de simular un despido no constituya, per sé, causa suficiente de despido. Debiera ser necesario que confluyan otros hechos, como pueden ser los mencionados u otros similares, para considerar que el perjuicio causado a la empresa o a terceros tiene la suficiente magnitud como para justificar la procedencia del despido. Y por supuesto, que la empresa pueda probarlo.