¿Cuál es la manera ideal de abonar los salarios?
Conozca cuáles son las mejores y peores formas de pagar los salarios y demás percepciones del trabajador.
Muchas veces la comodidad se riñe con la corrección, y prácticas sencillas y rápidas pueden provocar problemas a posteriori. Nos referimos al pago de salarios en metálico.
Muchos empresarios, habida cuenta del dinero físico que manejan por la actividad de la empresa (comercios, hostelería, etc), ven práctico y sencillo el abonar los salarios en metálico, haciendo coincidir el momento del pago con la firma de la nómina. Esto mismo, que en si no debiera revestir mayor problema, puede convertirse en un foco de quebraderos de cabeza si el trabajador (por el motivo que sea: se tuerzan relaciones, falte a la ética, etc) reclama el impago de dichas nóminas. Piense que la única prueba de que se han pagado esas nóminas es la firma del trabajador, y si éste discute y no reconoce esa firma (utilizando, por ejemplo, otra firma distinta a la suya) tendrá que ser un juez, normalmente en base a informes de peritos grafológicos, quien resuelva, con el riesgo de que sentencie en favor del trabajador y el consiguiente coste de tener que volver a pagar la nómina, además de los servicios del grafólogo y del abogado o graduado social en su caso.
Para evitar esto, sin duda es preferible utilizar como forma de pago la transferencia bancaria, el talón o el cheque bancario. En todos estos casos habrá una huella y prueba clara de que la nómina está abonada y en un determinado importe y día, y podrán ser o no discutidas las partidas que componen la nómina, pero no que el total líquido de la misma se encuentra pagado en fecha y forma.