Buena voluntad
De vez en cuando, al menos una vez al año, no hace mal dejar de mirar lo de todos los días para ver lo que tenemos al lado. Basta con dejar que la vista se fije y deje de resbalar por lo cotidiano.
Si eso sucede en Navidad, tanto mejor. Es posible que otra vista se esté fijando y así, mirada con mirada, se reconozcan hermanos con hermanos. Luego, vendrá lo de siempre; fiestas, comidas, regalos…
Pero entre los villancicos, campanadas, y cohetes de fin de año, cada uno va naciendo de nuevo hacia el futuro, vaciando la mochila de los rigores pasados y haciendo sitio a los que vienen. Lo bueno, lo damos por amortizado.
Es tiempo de agradecer lo mucho recibido de quienes comparten nuestro paso y es tiempo de cerrar cuentas con quien no nos dio tanto. Quizá no era su tiempo. A lo mejor, lo bueno empieza el próximo año.
Es tiempo también de compartir. Después de todo el año compartiendo a la fuerza, no está mal que sea la mano propia la que se meta en el bolsillo para hacer una inversión en los demás, y a falta de bolsillo o de contenido, acaso una palabra sea suficiente para subir la cotización de algún corazón ajeno.
Ver en lugar de mirar, renacer, agradecer, entregar, es nuestro catálogo de ideas para esta Navidad. Para no emborronar papeles, se puede resumir en dos palabras: buena voluntad.
Con nuestros mejores deseos.