Hacienda, donde menos te la esperas
Hacienda ha empezado a dirigir su punto de mira hacia algunos objetivos nuevos y sorprendentes. Entidades o acontecimientos que hasta ahora vivían ajenos a las complicaciones fiscales, como las Comisiones de Fiestas de los pueblos o las Bodas, empiezan a ser revisados por la Administración. Colegios concertados y PYMES tampoco se libran de los avisos de Hacienda.
La Agencia Tributaria ha empezado a enviar cartas a Comisiones de Fiestas y Asociaciones de Vecinos, recordándoles cuáles son sus obligaciones según la Ley. Estas entidades están exentas por las actividades que constituyan su objeto social o finalidad específica, pero si realizan alguna actividad económica -por ejemplo, instalar una barra de bar los días de fiesta- esos ingresos si están sujetos al Impuesto sobre Sociedades.
También se han producido peticiones de información o, incluso, visitas, en bodas, para controlar la actividad de las empresas que participan en el evento (restaurante, catering, floristería, fotógrafo, músicos…) y asegurarse de que emiten factura por el servicio o, para garantizar el cumplimiento de algún embargo sobre esas empresas. De momento, afortunadamente, no se han empezado a controlar los regalos de bodas y su posible tributación en el Impuesto sobre Donaciones. Tiempo.
Los Colegios Concertados ya fueron noticia hace meses por la negativa de Hacienda a admitir en algunos casos que las aportaciones a los mismos fueran deducibles en el IRPF. Hacienda advirtió que cuando esas aportaciones sean contraprestación o pago por algún servicio recibido del Colegio (clases extraescolares o de refuerzo, servicio de comedor…), no existiría donación y, por lo tanto, no podría desgravarse.
Finalmente, numerosas Pymes han recibido cartas de la Agencia Tributaria con este aviso: «Se han apreciado diferencias entre sus datos declarados y los que corresponden al sector económico y segmento equiparable», lo que podría ser un indicio de que no se está declarando toda la actividad. Esta especie de “amenaza”, aunque se hace con carácter general y, aparentemente, sin datos concretos sobre un posible fraude, aun así, provoca el lógico nerviosismo en quien la recibe.